sábado, 19 de julio de 2014

Descubrimiento de América

Descubrimiento de América


Después de 72 días de navegación, el 12 de octubre de 1492 el marinero Rodrigo de Triana divisó Tierra. Este acontecimiento cambió la concepción que se tenía del planeta y provocó algo que ni siquiera Cristóbal Colón había imaginado: la unión de dos mundos.

El encuentro permitió que América recibiera un gran legado cultural, de adelantos y de expresiones artísticas no sólo occidentales sino también orientales, y que Europa percibiera la riqueza cultural, los avances, el ingenio y el arte del Nuevo Mundo.

El Día de la Hispanidad es una conmemoración propuesta inicialmente en España hacia 1915 y secundada por los países hispanoamericanos, celebrada el 12 de octubre.


Cristóbal Colón

Cristóbal Colón nació alrededor de 1451-1452 en el puerto italiano de Génova. Proveniente de una familia de tejedores, se hizo a la mar cuando tenía 14 años.

Como aprendiz, viajó por las costas del Mar Mediterráneo y más tarde se incorporó a travesías más extensas por el Océano Atlántico.
A los 26 años de edad, ya había viajado por el sur hasta la isla Madeira, y por el norte hasta Islandia.

En 1477, se casó y se estableció en Lisboa, Portugal. Bajo el auspicio de Enrique El Navegante, ese país había iniciado una expansión marítima en busca de riquezas que duraría 300 años. En sus exploraciones hacia el sur por la costa africana, los portugueses habían descubierto dos mercancías de gran valor: oro y esclavos


El primer viaje de Colón


El de agosto de 1492 Cristóbal Colón zarpó de Puerto de Palos con las tres naves La Pinta, La Niña y la Santa María.
Los marineros desembarcaron en una isla y de ella Colón tomó posesión en nombre de los Reyes de España, bautizándola San Salvador. En la actualidad, no hay certeza acerca de cuál es, aunque se presume que se trata de alguna isla ubicada cerca del Cayo Samaná, en Las Bahamas.


Los otros viajes de Colón


Cuando el Almirante Colón llegó al Puerto de Palos le esperaba una gran bienvenida. Llevaba consigo plantas exóticas y animales como piñas y loros jamás vistos en Europa, ornamentos de oro, y un grupo de indígenas cautivos de las islas del Caribe. Tras informar sobre su viaje, se abocó a organizar una segunda expedición (1 493-1496) a América, la que se realizó a mayor escala. Esta incluía 17 barcos, que llevaban entre 1.000 y 1.500 personas.

Ahora, su objetivo era doble: continuar los descubrimientos y colonizar La Española.
El 29 de mayo de 1493, Colón recibió instrucciones reales, según las cuales el primer objetivo de la nueva expedición era la conversión de los nativos y  el segundo la explotación económica del descubrimiento.

Tras la usual escala en Canarias, el 13 de octubre comenzó la auténtica travesía del Atlántico. El rumbo dispuesto por Colón era Oeste cuarto del Sudoeste, a fin de alcanzar las islas habitadas por los indios caribes, que no había podido visitar el año anterior.  Esta ruta discurría enteramente por la zona de los alisios, que le llevaron a su destino en sólo tres semanas. En la madrugada del domingo 3 de noviembre avistaron una isla a la cual Colón dio el nombre de Dominica en atención al día.

Tras navegar hacia el Este ciñendo el viento, anclaron en una bahía donde Colón fundó el asentamiento de Isabela, en la actual República Dominicana. Hojeda y Corbalán exploraron Cibao y regresaron con noticias de haber encontrado oro abundante. El 2 de febrero Antonio Torres volvió a España con doce naves y el memorial que Colón le había entregado para los reyes. 


Intereses distintos


Algunos europeos venían a iniciar otra vida en el que llamaron "Nuevo Mundo"; otros eran cazadores de fortuna, que pensaban enriquecerse con el oro de los indígenas.

Por su parte, los Reyes de España se interesaron en las posibilidades agrícolas y en cristianizar a la población. Por esta razón, la segunda expedición incluyó monjes y sacerdotes.

Colón se encontró con que el primer intento de Colonia había fracasado, debido el abuso de los españoles con los indígenas, lo que provocó una rebelión.

El Almirante fundó un nuevo asentamiento que llamó Isabela. Este se convirtió en una factoría comercial, a partir de la cual se estableció y organizó la apropiación del oro, la captura de indios para venderlos como esclavos, la imposición de tributos a los indígenas, y la obligación para estos de conseguir alimentos para los españoles.

Ello implicó la destrucción del sistema de subsistencia de los indígenas y la imposición de otro, acumulativo y de producción masiva. Poco a poco, los nativos entendieron que las relaciones no eran amistosas, especialmente cuando Colón envió 500 esclavos indígenas como regalo a los Reyes.
Las enfermedades, los insectos, el maltrato y la escasez de alimentos hacían difícil la vida para todos.



Tercera y cuarta expedición


En el tercer viaje (1498-1500), el Almirante llegó a Trinidad y a las costas de lo que hoy se denomina Venezuela. Él estaba seguro de que esta era Asia del Sudeste. Al llegar a la nueva ciudad de Santo Domingo en La Española, muchos de los colonos se rebelaron contra su autoridad. Fue destituido como gobernador y volvió a España.

En la cuarta visita (1502-1504), Colón insistía en buscar el paso a la India y fracasó. Se dice que cuando navegaba por las costas de Honduras, se encontró con unos mercaderes que iban en una canoa a un lugar llamado Maya. No quiso seguirlos, y rechazó así, sin saberlo, una invitación a la tierra de los mayas. Finalmente, retornó a España. Ya estaba muy enfermo y su regreso ya no fue triunfal.
Cristóbal Colón murió dos años después, en 1506, y se le hizo un pobre funeral.


El encuentro


Cuando Colón y su tripulación llegaron por primera vez al Nuevo Mundo fueron recibidos por un grupo de indígenas sonrientes y felices. Todos acudieron a la playa, entusiasmados, a hacer regalos a sus visitantes: loros de colores brillantes y atados de telas.

Iban desnudos, salvo por la pintura corporal y algunas joyas. Colón observó que tenían una cara peculiarmente redonda y por ello les llamó, equivocadamente, "indios" (gente de la India). La redondez de su cara era artificial, resultado de fajar las caras de los bebés.

La llegada de los europeos significó una catástrofe para este pueblo pacífico. En 1492, la isla La Española estaba habitada por 300.000 indígenas. En los cinco años siguientes 100.000 habían desaparecido por las penurias sufridas o porque se les había matado. Además, con los españoles los contagiaron con enfermedades desconocidas, como la viruela, el tifus, la difteria y el sarampión.


Alimentos y especies


A medida que avanzaban las exploraciones, los europeos se encontraban con especies desconocidas y se percataban de que muchas de las suyas no existían en América.


Algunos alimentos originales del nuevo continente eran: el maíz, la mandioca, las papas o patatas, los camotes, los calabacines, los frijoles, los tomates, el pimiento rojo y verde, las piñas, las semillas de girasol.

Para los españoles, el trópico era deslumbrante por su belleza, su opulenta flora y fauna, y su clima. Ellos trajeron cerdos, vacas y cabras, que se multiplicaron rápidamente, lejos de las infecciones y con pastos vírgenes. También se aclimataron aunque no tan bien al principio ovejas, caballos, aves de corral y perros.

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